Nuevas fronteras en el estudio de los espeleotemas
Paolo Forti, profesor de la Universidad de Bolonia y una autoridad mundial en geomorfología kárstica y espeleogénesis, y del Instituto Italiano de Espeleología. Fundó y dirigió el laboratorio experimental de la "Grotta Novella" realizando investigaciones clave sobre meteorología y química kárstica durante casi 20 años. Dirigió el Instituto Italiano de Espeleología (I.I.S.) y creó el Centro de Documentación Espeleológica "Franco Anelli," una de las bibliotecas más importantes del mundo. Presidió la Sociedad Italiana de Espeleología y la Unión Internacional de Espeleología (1993-1999). Su trabajo en 75 países le valió el "Premio a la Ciencia" de la NSS en 2003. Fue Catedrático de Geomorfología en Bolonia, donde ahora es Profesor Emérito. Es autor de más de 450 artículos científicos, dejando un legado fundamental en la espeleología mundial.
La clave del trabajo de Paolo Forti y la relevancia de su conferencia radica en el papel de los espeleotemas como archivos paleoclimáticos terrestres. Aborda los últimos avances y las investigaciones más punteras sobre los espeleotemas (las formaciones geológicas en cuevas), y cómo estas estructuras sirven como archivos para entender el clima pasado, los cambios ambientales y la evolución geológica de la Tierra. Los espeleotemas proporcionan registros paleoclimáticos excelentes y datables de ambientes continentales.
El desarrollo de técnicas radiométricas de alta precisión permite determinar la edad de los espeleotemas con gran exactitud. Esto es crucial porque establece un marco temporal preciso para los datos climáticos registrados. Se están explorando y utilizando otras relaciones isotópicas, e incluso técnicas micrométricas como la ablación láser acoplada a espectrometría de masas, para datar muestras con edades que superan el límite del método U-Th (más de 500.000 años).
La composición de un espeleotema refleja las condiciones climáticas y ambientales externas en el momento de su formación. Esta composición isotópica del oxígeno en la calcita del espeleotema es un indicador de la paleotemperatura y/o de la fuente de la precipitación (agua de lluvia) en la superficie. La del carbono da información sobre la vegetación del suelo (productividad biológica) y la cantidad de CO₂ en la atmósfera de la cueva, lo que a su vez se relaciona con la humedad y la temperatura superficial. La concentración de ciertos elementos traza (como el magnesio o el estroncio) también se estudia para inferir condiciones de humedad, sequía o cambios en la composición del agua que gotea.
Los periodos de crecimiento continuo de los espeleotemas se asocian a un clima favorable (templado/cálido con suficiente agua). Los hiatos (interrupciones en el crecimiento), tanto en una estalagmita individual como en toda la cueva, se relacionan con la entrada en períodos fríos (glaciares) o en fases de extrema sequía. El estudio de estas fases de crecimiento y pausa es un indicador válido de las condiciones climáticas del pasado. Las características de las formaciones (como las texturas cristalinas y la microestratigrafía) también pueden ser indicadores de la paleohumedad efectiva y las condiciones específicas dentro de la cueva.
En esencia, Paolo Forti y la comunidad científica estudian estas "cicatrices" y capas de los espeleotemas para descifrar la historia oculta de los climas pasados en los continentes.
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